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Oct

Cinco curiosidades sobre el pastel de bodas

El pastel de boda es una de las tradiciones que los más golosos esperan con ganas durante el banquete de bodas. Pero seguro que no te has planteado por qué comemos este dulce siempre después de la celebración. Hoy te lo contamos.

Símbolo de fertilidad

El pastel de boda a día de hoy simboliza la buena suerte para la pareja y, por este motivo, deciden compartirlo con sus invitados, pero en sus orígenes era un símbolo de fertilidad. Era una superstición y se creía necesario este acto ya que así la pareja tendría muchos hijos durante su matrimonio y podrían ser muy felices.

Orígenes italianos

Sus orígenes provienen de Roma, donde se colocaba un trozo de pan sobre la novia y se rompía en migajas para repartir a los invitados.

Esta tradición evolucionó en Inglaterra, donde los invitados llevaban pequeños pasteles que se iban amontonando en una torre hasta hacerla lo más alta posible, con el fin de más tarde añadirle una capa de azúcar glass. Curioso, ¿no crees?

Cortar la tarta juntos

Se trata de un clásico. Los novios cortan la tarta de bodas para dar por finalizado el banquete y dar paso a la fiesta. Existe la superstición de que la novia debe ser la primera en cortar el pastel ya que, de lo contrario, no tendrá buena fortuna en su matrimonio

El primer bocado

Después del primer bocado llega la esperada cata del pastel. Es típico que los novios se den un trozo de tarta, ya que simboliza la fertilidad de la pareja.

Se puede hacer de forma sutil usando cubiertos, aunque si a esas alturas del día ya no os preocupáis del maquillaje podéis atreveros a hacer un cake face, o simplemente a respetar las tradiciones pero con un poco de gracia

Trozo de recuerdo

No todos los novios siguen esta tradición, pero algunas parejas optan por guardar de recuerdo un poco de pastel de bodas. Normalmente suele ser el trozo donde están colocados las figuritas de los novios o algún tipo de adorno.

Si la idea es comérosla un tiempo después no os olvidéis de meterla en el congelador y taparla con un plástico o ponerla dentro de un recipiente. En Inglaterra es típico guardar un trozo de tarta y comérselo cuando nace el primer hijo, y en Estados Unidos durante la celebración del primer aniversario de bodas.